sábado, 2 de noviembre de 2013

Sólo Dios perdona (Only God Forgives, 2013) - Nicolas Winding Refn

Habiendo picoteado tan sólo en la filmografía de este hombre, puedo asegurar que se está convirtiendo en uno de mis directores contemporáneos favoritos.

Nicolas Winding Refn, a quien conocí en 2011 con su obra maestra Drive, claramente no se deja imbuir por convencionalismos, e historias lineales fáciles de seguir.

Siendo la mentada Drive, la película más "normal" que que tiene en su haber, y seguramente así será durante mucho tiempo.

Winding Refn, también guionista de la mayoría de sus filmes, suele crear tramas muy básicas que engalana mediante su fantástico buen hacer como realizador, insinuando más con los hechos que hacen sus personajes que con lo que realmente te cuentan los mismos.

En esta ocasión, la trama parece que gira sobre el personaje de Ryan Gosling, Julian, quien junto a su hermano, tiene un club de Muai Thai aparte de ser unos narcotraficantes en Tailandia.

Tras la muerte de su hermano, quien había violado y asesinado a una cría de 16 años, la madre de ambos viaja hasta el país oriental buscando venganza, pese a que Julian le advierte que lo sensato es dejar todo como está ya existen demasiadas variables.

El argumento podría ser desde una película noir, hasta una de artes marciales, pasando un drama intimista, Sólo Dios Perdona, es todo y nada a la vez.

La película va avanzando a golpe de planos muy bien compuestos. Planos muy largos, Winding Refn  sin llegar ni mucho menos al estilo Leone, aguanta las escenas todo lo que puede, haciendo que todo se cocine a un ritmo muy lento, para que el espectador vaya componiendo las piezas con lo que la pantalla te va mostrando, una mirada, algunos gestos, o una simple puerta que no te deja ver que oculta tras de sí. 

Una iluminación que juega mucho con claro oscuros, sólo que aquí los claros son luces de neón, dándole a todo un toque muy extraño a la par que atractivo que nos da la sensación de estar vislumbrando una película totalmente oriental.

Los actores, por orden de dirección, son todos casi un témpano, interpretando de una manera totalmente muy por bajo y muy contenida, sobre todo Ryan Gosling. Haciendo que Julian siempre esté reprimiendo los sentimientos que quiere mostrar. Sólo mediante sus ojos somos conscientes de lo que este hombre realmente siente.

Haciendo mucho más intensas las escenas en la que este hombre se desata.

La película es prácticamente muda, el único pesonaje de los tres principales que realmente habla, es la madre de Julian, Kristin Scott Thomas, a quien yo jamás la he visto con tanta fuerza en pantalla, resultando el personaje clave para que se desencadene todo. Y no sólo eso, ya que aunque parezca que este personaje está fuera de lugar viendo el aspecto calmado y tranquilo del resto de personajes de la película, es un perfecto contrapunto, y gracias a ella somos conscientes, mediante varias de sus frases, aunque jamás te lo digan de forma clara y concisa de por qué Julian le hace caso y de eventos del pasado que ellos tienen en común.

En cuanto al tercer en discordia, Vithaya Pansringram (Chang) Nicolas Winding Refn crea un personaje totalmente aterrador pese a su físico a primera vista enclenque y afable, haciendo que sea, otra vez, su mirada lo que refleje su verdadero carácter.

Una película, nada comercial, nada fácil, donde los puntos fuertes son los actores y la dirección no solo del film si no de los mismos. Seguramente la fama de Drive hará que mucha gente la espere con ganas y puedan salir decepcionados ya que nada tiene que ver con esta cinta, siendo mucho más parecida a Valhalla Rising, comentada aquí, en forma.

Por último, ya habiendo destacado la excelente dirección, y las fabulosas interpretaciones, resalto la banda sonora, llena de sonidos tenues que acompañan a la perfección a la poesía visual que el director propone.

Mi nota totalmente personal: 9.1/10

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