domingo, 7 de julio de 2013

Star Trek: en la oscuridad (Star Trek into Darkness, 2013) - J. J. Abrams

Reconozco que jamás fui demasiado Trekkie. En los 90 vi de pasada las películas del Capitán Picard (porque las alquiló mi padre) más que nada por cultura popular conocía multiples detalles, conceptos y personajes.

Así que mi visionado de la anterior película de la franquicia fue totalmente un descubrimiento para mi (huelga decir que como película de ciencia ficción me pareció más que fantástica).

Tras esto, el año pasado me envalentoné y decidí indagar en el universo Star Trek viendo los films de la tripulación del Capitán Kirk. Sigo sin ser un Trekkie, pero como amante de la ciencia ficción, pues algunas entregas están bien y otras no lo están tanto.

Varios eran los elementos que hacían indicar que si el reboot/secuela/precuela/universo alternativo de 2009 te había encandilado, esta continuación directa no podía fallar.

Así ha sido. No tengo más que buenas palabras al buen hacer de J. J. Abrams y su equipo que han conseguido algo harto difícil, contentar tanto a fans clásicos como a nuevos espectadores (siempre y cuando sientas un interés mínimo por el Sci-fi).

Abrams es un director muy clásico, criado en la década de los 80, donde la fantasía, la aventura y la acción mayores logros ha tenido. Él sigue siendo ese chiqueto enamorado de la ciencia ficción que ha conseguido que le dejen los mejores juguetes para que pueda rodar lo que él quiera, de la forma que desea hacerlo. Aparte de eso, ha tenido la buena idea de llamar a amigos que también sienten la misma o más pasión por todo esto para que pueden jugar con él.

La película empieza de una forma más que genial. Asistimos a una misión ya empezada, con una carrera vertiginosa por parte de algunos miembros de la tripulación de la Enterprise por finalizar su cometido sin violar la 1ª directriz (no interferir directamente en el desarrollo tecnológico ni cultural del planeta visitado). Esta escena que pudiera parecer que no tiene relación con el resto de la cinta, es una forma de homenajear no sólo a la serie original, si no también a clásicos del celuloide como Indiana Jones o James Bond.

Dejando esta escena aparte, la película sigue su desarrollo con un ritmo trepidante pero no alocado. La trama no deja de avanzar, y no deja de ser curioso que una historia donde basa la mayor parte de su metraje con personajes dentro de una nave se haga tan entretenida y disfrutable. Contando con toques muy camp, pero estando rodada al fin y al cabo como una película ochentera.

Esto se debe sin lugar a dudas a la buen manejo de la cámara de Abrams, un director que pese a estar basando su carrera en la añoranza de una época más mágica que juega con la memoria y la nostalgia del fandom. J. J. es muy buen realizador, sabe como dirigir acción, sabe como mantener la tensión en el publico y sobre todo sabe emocionar, porque Star Trek: en la oscuridad es ante todo emoción.

Pero no sólo de Abrams vive la franquicia, puesto que gran parte del acierto en su conjunto es del guión. Escrito por Roberto Orci, Alex Kurtzman (quienes aparte de firmar la anterior película, fueron creadores y guionistas de las mejores etapas de la serie de ciencia ficción, Fringe) y Damon Lindelof (guionista, creador y showrunner de Lost).

Entre los puntos fuertes que ya he comentado, este libreto realiza la ardua tarea de actualizar los clásicos personajes creados en los 60 por Gene Roddenberry sin perder la personalidad que siempre los ha caracterizado a lo largo de sus apariciones tanto televisivas como fílmicas, manteniendo un historia coral donde ninguno de los personajes te sobra y todos tienen su momento de gloria.

Como no, destaco también los apartados técnicos del film. El diseño de producción es una maravilla, así como la increíble edición de sonido a cargo de Ben Burtt, conocido por su trabajo en la trilogía original de Star Wars. Y por supuesto al grandísimo Michael Giacchino, alumno aventajado de la escuela de John Williams, que ha creado una banda sonora para el recuerdo que sin ninguna duda me atrevo a decir que es gran parte de lo que hace que esta película sea tan emocionante.

Para finalizar  hablaré sobre los actores. Destacando por encima de todos a Benedict Cumberbatch (Sherlock), quien hace uno de los mejores villanos de los últimos tiempos. Siguiendole muy de cerca, para mi estaría Karl Urban, quien demuestra que aparte de un excelente hombre de acción, es un buen actor. En una segunda liga metería a Chris Pine y Zachary Quinto, quienes a pesar de tener la difícil tarea de emular a los personajes más famosos de la saga, son capaces de mantener el tipo dándoles un toque personal a sus actuaciones para no imitar del todo a Shatner y Nimoy respectivamente.

Luego tenemos a John Cho, Zoe Saldana, Anton Yelchin, Alice Eve y Peter Weller (RoboCop) quienes están en su linea, dandole la replica a los anteriormente citados a la perfección y otorgando mucha presencia en pantalla, sobre todo Weller.

Por último, Simon Pegg, quien a pesar de hacer de Simon Pegg, sí te gusta su personaje, como es mi caso, disfrutaras con todas y cada una de sus apariciones.

En definitiva, de lo mejor del año.

Mi nota totalmente personal: 9.3/10

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