domingo, 20 de enero de 2013

Django Desencadenado (Django Unchained, 2012) - Quentin Tarantino

Mi historia de amor con Quentin Tarantino empezó en 1995 más o menos, yo tenía unos 8 años. En mi casa teníamos canal + y yo solía levantarme a escondidas de madrugada para ver la NBA, pero una noche en vez de ver el baloncesto, descubrí "Pulp Fiction".

Ni falta hace decir que quedé asombrado ante lo que estaba viendo y tremendamente fascinado, mi forma de ver el cine, para bien o para mal había cambiado.

A día de hoy el cineasta de Tennessee, sigue siendo mi director favorito, y cada estreno de una película suya para mi es un acontecimiento que siempre espero con gran interés.

Con esta pequeña introducción vengo a decir, que mis expectativas con su Southern, como él lo ha llamado, eran muy altas, y como siempre, el bueno de Q, las ha superado.

Django Desencadenado puede que sea uno de los proyectos más personales de Tarantino, cierto es que la pasión que transmite por el cine, y por cada uno de sus guiones siempre se plasma en pantalla, pero aquí se nota que ya tenía ganas de rodar "una del oeste".

Ya en "Reservoir Dogs", se notaba con ese duelo/tiroteo final un cierto homenaje a western, y desde "Kill Bill", su pasión por el Spaghetti Western, ha estado muy presente en cada uno de sus filmes.

Quizá por eso en esta ocasión, es la vez que menos géneros ha mezclado, aunque ya se sabe que la cabra tira para el monte, la mezcolanza marca de la casa está ahí. Pero no es tan evidente como por ejemplo en la citada "Kill Bill" donde mezclaba el Spaghetti con artes marciales, yakuzas y anime o en "Malditos Bastardos", donde estaba presente junto al genero bélico dentro de un fábula impregnada de metacine.

A parte del ya sabido Spaghetti Western, ha dotado a su historia con pequeñas, pero efectivas, pinceladas de Blaxploitation, aparte de meter en la banda sonora piezas de hip hop, para acompañar las proezas del "revolver más rápido del sur", y un tiroteo muy Sam Peckinpah.

He leído y escuchado alguna queja por el hip hop dentro de una banda sonora que incluye mucho Morricone, hasta una canción compuesta para este film, "Ancora qui", o las sintonías principales de "Django" y "Le llamaban Trinidad". A mi me parece que están bien insertadas, y entra parte de la marca de la casa, al igual que en "Kill Bill" introducía flamenco dentro de una pelea de katanas, y nadie se quejó en su día.

Ambientada dos años antes del inicio de la guerra civil norteamericana, Tarantino nos cuenta la historia de un esclavo que es liberado por un cazarrecompensas alemán, para que este le ayude con un trabajo, más tarde tras la amistad forjada por ambos, el Dr. King Schultz, entrenará al joven Django y le acompañará en su misión de rescatar a Broomhilda von Shaft, la mujer de este.

Ya para empezar, la trama es un homenaje a la ola de western italianos que surgieron a mediados de los 60 que refrescaron el género.

Con esta premisa, Tarantino realiza uno de sus films más divertidos. Ya que nos muestra un pasaje tan crudo y salvaje de la historia estadounidense, como gran maestro que es, para aligerar el camino, ha plagado su guión con más detalles de humor negro de lo habitual.

En esta ocasión, los personajes tienen menos conversaciones que en sus anteriores películas, aunque siguen teniendo la importancia de siempre, y la chispa que se puede esperar del ganador del Oscar a guión original en 1994. siendo una de sus películas más ligeras y con mejor ritmo, a pesar de su duración (165 minutos), que en absoluto se hacen largos.

Y anque es todo lo Spaghetti Western que cabría esperar, no esperéis ver "Hasta que llegó su hora" o "El bueno, el feo y el malo" vistos por el prisma Tarantiniano. Evidentemente los planos Leone están ahí (tenemos primerísimos planos de manos cogiendo revólveres, y los ojos de los protagonistas mientras disparan palabras unos contra otros), pero creo que esta vez ha pensado que este Sergio ya ha tenido suficiente admiración por su parte, siendo el otro Sergio, Corbucci (director de la primera "Django"), el que más influencia ha tenido para este film.

La gran ventaja de Quentin, es que él es un grandisimo narrador, que ha mamado cine desde su más tierna infancia, convirtiendolo en su vida, e incluso cuando quiere rodar mal, como por ejemplo esos absurdos zooms para enfatizar la tensión, él lo hace bien. Sé que esto es algo que no estoy descubriendo a estas alturas, pero ver que lo que hizo grande a un director hace 20 años, sigue estando presente en sus obras, se agradece.

Uno de los puntos más geniales es en una escena donde se permite el lujo de cortar la acción para mostrar un flashback que ha llevado a la misma, que es un chiste alargado, y que a mi me resulto la mar de divertido.

En todo lo demás mantiene su filias en la dirección, personajes hablando de perfil, travellings de gente andando, o el clásico y necesario contrapicado.

En cuanto a los actores principales, ya se sabe que cualquiera en manos de Quentin se convierte en un grande de la actuación. Uno de sus puntos fuertes es ser el mejor director de actores, capaz de sacar oro hasta de Chris Tucker, como se viera en otra de sus obras maestras "Jackie Brown".

Django Freeman, un personaje basado en 3 iconos del septimo arte, por una parte la pasión por su cometido y el amor por su mujer del Django de Franco Nero, la arrogancia y presencia arrolladora de El Hombre sin nombre de Clint Eastwood, y una chulesca actitud sacada de Shaft.
Jaime Foxx ha captado totalmente lo que Tarantino quería de su personaje, plasmando a la perfección la evolución del mismo.

Christoph Waltz, gran descubrimiento en "Malditos Bastardos", llega a eclipsar al protagonista, dotando a su personaje King Schultz, de una majestuosidad digna de los más grandes. No me parecería raro que volviera a ganar un totalmente merecido Oscar este año.

Pero pese a toda esa maestría que muestra Waltz, no es nada comparada con los personajes que hacen que la historia suba varios escalones.

Leonardo DiCaprio y Samuel L. Jackson son sin duda los que más dan por sus personajes, y una pena que ambos hayan sido obviados en los premios de la academia.

DiCaprio interpreta a un jovial caballero sureño, un niño mimado, sanguinario y francófilo que no habla francés, una contradicción viviente, un hombre que desprecia a los negros pero que ve en Stephen una figura paterna. Sí ya el protagonista de "Infiltrados" había subido varios puntos como actor a partir de "el Aviador", aquí interpreta con una intensidad desmedida a Calvin Candie, llegando al punto de incluso seguir actuando aunque haya sufrido un alarmante corte en la mano tras romper un vaso de cristal.

Samuel L. Jackson, uno de mis grandes ídolos, con sinceridad digo que no estaba tan genial desde "Pulp Fiction", puede que esté incluso mejor que en esta. Su personaje, Stephen, es el gran villano de la película, el que maneja los hilos de la plantación, el único que se atreve a contradecir a su amo, que tiene atemorizado a todos. Su forma de interpretarlo me ha recordado mucho al personaje de la criada de "adivina quién viene a cenar", una máscara que sólo se quita cuando se encuentra a solas con Calvin Candie. Repito, una pena que se tenga en general en tan poca estima a este gran actor, aunque puede, que sea la comercialidad y su rol de Bad Ass definitivo que ha marcado su carrera desde mediados de los 90 hasta hoy día.

En cuanto el resto de los actores, Kerry Washington, está a la altura de las circunstancias, su mirada ya nos hace darnos cuenta de por que su Django está tan enamorado de ella, aparte de ser un fiel reflejo de lo que sería una chica negra de aquel entonces.

Las pequeñas apariciones de Bruce DernFranco NeroDon Johnson, Jonah Hill, Walton Goggins o el propio Tarantino hacen que este viaje sea todavía mejor de lo que ya era, siendo sin duda la mejor película de lo que queda de año.

Mi nota totalmente personal: 9.8/10

Actualización: Después del tercer visionado, esta vez en v.o., creo que se merece un 10/10

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