sábado, 23 de marzo de 2013

Una bala en la cabeza (Bullet to the Head, 2012) - Walter Hill

Ya sabemos todos que Rocky Balboa (2006) fue la resurrección de Stallone que llevaba muy perdido desde finales de los 90 y los 2000.

Mercenarios aparte y ya dejando atrás las nostalgias fílmicas, Sly vuelve a hacer una película puramente de acción. 

Y como él mismo ha comprobado y nos ha enseñado, la mejor forma de hacer este genero es como en la década en la que explotó, exactamente los 80, con toques muy de los 90 que hacen de la cinta una experiencia más que fantástica.

Imitando a una de las más famosas formas de aquellos tiempos de promocionar los filmes, el tagline perfecto debería ser este: "él es un tipo duro de la vieja escuela y el otro, un oriental con una blackberry".

La cinta, es una buddy movie, pero no es la clásica historia de dos personas que se unen por un objetivo común y acaban haciendo migas, no.

El protagonismo absoluto es del Potro Italiano. Stallone llena la pantalla con todo su carisma y sus tics más italoamericanos que va exagerando a cada nueva película, como ese vacilón y elegante a la par movimiento de hombros mientras no te quita la mirada.

En este caso, el agente Tylor Kwon (Sung Kang) aparece en escena tras el asesinato de un ex policía corrupto y del compañero de fechorías de James Bonomo (Stallone), estos dos habían matado al anterior, para luego sufrir una trampa de la que sólo Sly consigue escapar.

El agente Kwon, obsesionado con su tecnología smartphone, encuentra una relación entre los cadavares y se va en busca de Bonomo, pensando que podrá hacer un trato con él en una asociación en la que pudiera ganar. Todo lo contrario, la personalidad de Bonomo es más que arrolladora, y el rol de Kwon se limita a ser un sidekick que facilita información para ir escalando los puestos de villanía en la búsqueda de los culpables.

Parece ser, que esto y una supuesta falta de química es lo que más se está criticando del film, aquí he de plantarme y hacer una reflexión. ¿Por qué dos personas totalmente opuestas, en cuanto a modos de afrontar la vida, profesiones o carácter han de compaginar y hacer buenas migas? hacer esto sería tirar de formula, además que la cinta es de Stallone, con un regalito a Jason Momoa para que se luzca, y de nadie más.

Como he dicho la relación de estos dos es fría y distante, sufriendo vejaciones e insultos racistas por parte de Sly durante casi toda la cinta, puesto que el agente Kwon en un par de ocasiones intenta hacerse valor sin demasiada efectividad, cosa que provoca más roces entre ambos, y que el guión aprovecha para hacer que cualquier frase que suelta el personaje de James Bonomo sea una dura losa que cae sobre la cabeza de su obligado por las circunstancias compañero.

Siendo "Sí la tocas te mato con una piedra" una de las mejores amenazas que he tenido el placer de escuchar en pantalla grande.

Parte del gran carisma del personaje principal sería la relación con "la chica", que está vez pasa a ser la hija (Sarah Shashi) y su afición por cierto Bourbon que difícilmente encuentra en los bares que suele frecuentar.

En cuanto al resto de actores tenemos al ya mentado Jason Momoa que demuestra que puede ser un buen valor añadido en el cine de acción. Que entre otras lindezas coprotagoniza una genial pelea de hachas tras la frase "¿que somos putos vikingos?".

Por ahí también tenemos a un desquiciado, como siempre Christian Slater, que sale poco, o a un perdido Adewale Akinnuoye-Agbaje (Lost, G.I. Joe, El Caso Bourne o El regreso de la momía) algo pasado de peso y haciendo de un pintoresco mafioso de Nueva Orleans.

Tras las cámaras tenemos a Walter Hill, conocido entre otras por la fantástica The Warriors: los amos de la noche, la divertida Danko: Calor Rojo o la genial El Último Hombre, con lo que con esta cinta ya ha tenido el placer de haber dirigido a las tres partes de la Santísima Trinidad. Esta vez el bueno de Hill opta por un estilo más moderno de lo deseado, cierto es que mantiene ese toque 80's-90's en casi toda la cinta pero de vez en cuando se le va la mano e imita el cansino estilo Bourne, que creo que debería haberse quedado en la trilogía protagonizada por Damon o esos curiosos zooms que se están poniendo de moda que ya recientemente vimos en la última parte de las aventuras de McClane.

Pero este punto negativo se compensa con la excelente banda sonora que tiene toda la película, repleta de sonidos sureños y con mucha guitarra electrica, que le da un toque muy de los 90 y algo macarra que acompaña perfectamente a los personajes en toda la cinta.

Bourbon, balas y tetas. Un excelente divertimento, y otra vuelta más del genero a sus raices. Demostrando que las viejas glorias todavía tienen mucho que decir.

Mi nota totalmente personal: 8.5/10

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